sábado, 26 de septiembre de 2009

Mira tu

Y porque me gusta escribir y no decir nada mas que lo que vivo diciendo, ese día quise hacerlo en una hoja de colores y sacarle una sonrisa.
A mi me hacia falta una, y esa técnica estupida de pensar en algo feliz me trajo un montón de recuerdos a la mente y la sonrisa salio nomás.
La gratitud es el sentimiento más grato no?. A veces me animaría a dudar de tremenda tautología, y la duda nunca se equivoca, esas palabras tan jodidas son necesariamente débiles, como el decir que todo es posible, habilita la posibilidad de que exista lo imposible, y también el supuesto inverso. Es simple ponerse a armar círculos viciosos, y los vicios son malos tanto como necesarios, preguntáselo a un vicioso! O a quien no cuente con ninguno, y vas a caer en la cuenta de que no lo encontrás, y si eso se te hace vicio entonces estamos complicados, nada mas que por meterte en la misma bolsa, la soledad puede serme molesta también.
Y si, puede serme ingrata la ingratitud, perder el foco, agradecer a quien no me agrada, agradecer algo que me agrada hoy de alguien que me agrada mucho, y hoy esta a unos pasos, sin perder la vista en algo mas, que ya no es congraciarse conmigo, y convengamos que yo también encontré cosas mas útiles, aun cuando la gratitud me comía la conciencia.
Ya no tiene gracia que este cerca, me agradan nuevas caras, y del otro lado cuentan la misma historia, y por una vez hablo de un hecho concreto, no hay historia escondida, estaba en mis manos el papel de aquella vez, la casualidad cayó en que ese fuera el cuaderno a mano, la situación coincidente, el mismo interés, “algo en común”, lo que nunca dije y capaz nunca vaya a decir, estaba en una hoja que ahora pasaba de largo, como pase de largo su historia que fue tan mía, como paso de largo el saber, que extrañabas el día en que lo escribí. Y nunca dije una palabra más, y nunca vió lo que ese día decía mi forzada sonrisa, que aun así no la debilitaba.
Y no lo dije y no lo digo, y que vicio es perder chances al vicio, o buscar chances donde no las hay, o dibujar círculos viciosos en papeles de colores que a nadie llamarían la atención, que salvo en ese instante, a mi tampoco, pero que por alguna razón estoy contando, que en realidad no quiero contar.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Por dónde empezar

La clase estaba en esos momentos, tan difíciles de lograr, en que todos agarramos el hilo y paramos las orejas tanto como se pueda para terminar de entender estas cuestiones, que son tan útiles para todos, como pocas materias que haya visto, después de aquella que hace mas de un año veía, que hablaba de los derechos que tenemos todos, esos que son inherentes a nuestra condición, de alguna manera ahora en un plano mas específico, un respaldo a nuestras actividades, una muralla que nos protege, y nos organiza para no jodernos tanto la vida los unos a los otros.
Otra de las cosas que me llaman la atención, desde que arrancamos a hoy, es que al fondo nadie habla de otras cosas, aparte de la mosca que se sienta al lado mió, que a veces me traslada su tarea de molestar, pero quizás sea que estamos mas grandes nomás, no fue fácil llegar hasta donde estamos y las ganas de no parar se dejan ver en estos ámbitos, las ganas de progresar de los demás motivan a otros tantos, desde este punto de vista el panorama no podría ser mas prometedor.

Si bajamos la vista, el tipo que esta de espaldas al pizarrón sigue hablando, ni siquiera se dio cuenta que la puerta se abrió y una carita triste se desplazaba por el pasillo, una cicatriz en la ceja derecha, y las manos sucias llevando unas estampitas, que ofrece a los obnubilados que mencione ut supra, sin recibir respuesta, ni siquiera señas, nada, en ese mundo no hay lugar para ciertas realidades, mas al fondo como era de esperarse, es mas fácil romper la concentración, en la otra mano va juntando monedas y cuando termina el recorrido, nos mira detenidamente, un recuento de las tarjetitas y las monedas, que formando un montoncito se veían hasta mas grandes que la palma de su mano, pero ni esto no logró una sonrisa. Agachó la cabeza, y tan silencioso como entró salió, se encontró con una mirada, a su estatura o más abajo aún, y los dos salieron corriendo bajando las escaleras.

No sonreían, no reían al correr, como hubiese esperado que terminara esa escena, en una situación semejante, con iguales personas, de su misma edad. No se hacia donde corrían, no se hacia quien, estaban juntos, pero no me parece suficiente, no es “11 y 6”, no puedo pensar en historias lindas al verlos, sólo tengo preguntas, no quiero pensarme de ese lado, hacia donde saldría yo, si Independencia o Trejo, si sabría yo qué eran y hacia dónde me llevaban, en esta ciudad y a su edad, y en el peor de los casos, haciendo lo mismo, y lo mas importante, yo desde ese banco, esa clase, esa realidad que no es tan lejana qué podía hacer? Si no es tan lejana porque él estuvo ahí, enfrente mío, con su tarjetita, y yo con sólo una lapicera y un cuaderno, si la facultad me queda tan cerca que no necesito nada mas, que locura! que distancias!, y sin una moneda encima como para ponerme frente al dilema si dársela o ponerme firme en no fomentar el trabajo infantil, dársela y esperar una sonrisa, en vano como vi, al menos creer que esa moneda en manos de ese otro que seguro está un poco mas lejos, esperándolos, vaya uno a saber para que la usará.

Es tan prometedor estudiar esta materia que es el derecho laboral, que quisiera encontrar ese capítulo que me permite pensar una solución a este caso práctico, porque de práctico no encuentro nada, y de real encuentro muy doloroso, y en esta realidad es un capitulo tan grande que mi cabeza ya no sabe de dimensiones, y el dolor a la impotencia, y es el cuento de todos los días.

Prometedora, realista, la vida como uno la toma, yo quiero tomar la mía para cambiar otras, solo necesito saber por donde empezar, y se que nadie me lo va a responder, pero es hora de juntar algunas manos, mi realidad es la suya y la de ustedes, y si vos no podes esperar a concretar tus metas, ojalá las compartamos hasta que ellos puedan como nosotros soñar, y llegar a donde estamos y mas allá.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Lucky me

Perdés tu tiempo tratando de hacerme enojar, me es fácil, pero ya hace un tiempo elegí crearme una inmunidad a tus palabras, porque las elijo, constantemente, y sonreírte se me hace más natural.
Decíme emo, y me puedo burlar de mil cosas empezando por ese pelo que nunca va a encontrar forma, y el mío no tiene nada que envidiarle, pero es así, hay cosas que nunca vamos a entender y sin embargo las compartimos y yo elijo compartirlo otra vez.
Agradezco esas palabras justas en el momento mas solitario, y si profundizo me decís otra vez, esa palabra que para vos es tan graciosa, y a veces hasta te da cargo de conciencia, pero sabemos como son las cosas, en ese lugar y en muchos otros, malas ahí, inevitablemente, afuera es nuestro, y aunque me gustaría agradecerte no creo que corresponda, soy tan protagonista como vos, así me haces sentir, a mi me suena cursi, a esta altura emo seria un elogio, y esa tarde y tantas otras, hablando de eliminar vicios, de ser un vicio, de que es un vicio, de que la vida es una porquería si lo ves así, y si no la ves no hay nada mas, que esto que te digo ahora y eso que nunca vamos a decir, porque esas son las reglas desde hace un tiempo, sea como sea, me haces bien, y si me cuelgo en cualquier pavada, sentite culpable, o dejas de ser vos, o escapate, no hay un pasado para mi, porque lo que nunca empezó no tiene sentido acá, lo que siempre siguió, no necesita un nombre, lo que somos se merece lo que tenemos, y si querés hablar de mas, sabes que es mejor callarme. :)