Decir que me escapé sería ridículo.
Decir que volví no completa la imagen, que aunque no pueda dejar de analizar, y en la retina se formen demasiados detalles, demasiados, no voy a compartir, al menos en esta ocasión.
Ahora la pura verdad. Un lugar que no presione ni por sí ni por mí.
No mas luces, no mas gritos, no mas excesos ni libertinaje sin sentido.
No mas reproches, no mas “me importa” y menos lo contrario.
No mas diplomacia, no mas decepciones.
Buena, adecuada y en lo posible mínima compañía. Y la nada misma. Con mucho verde, si algo puedo agregar.
Debe haber un lugar para mi hoy. Y de seguro que no es éste ni aquél. Y no quiero que sea transitorio. No quiero ser mas ésta. Y no me acuerdo como ser yo.
