viernes, 16 de noviembre de 2012

St. Anger


Hay cosas que la hacen enojar y lo que no es lo mismo, hay días en que sólo es enojo.
Hoy se dio cuenta que la tristeza y las ganas de irse se transformaron en un enojo terrible con la vida.
Se enoja, se muere de rabia y se soñó gritando y lastimando a otros (a quienes nunca quiso lastimar) pero que de una u otra manera también la hicieron enojar y entonces mas o menos va cerrando el círculo, aunque sin satisfacción para nadie.
El enojo es un desafío, el enojo viene con brazos cruzados pero en posición de batalla, la tristeza en cambio no encuentra ni postura, y hoy hay una mezcla, pero prevalece el desprecio, la envidia y si, el enojo, mi mejor amigo.
La ira que tantas veces le hace pedir desesperadas disculpas (parte del diagnóstico que alguien osó descargar sobre ella). Esa ira le dice que tiene que decirlo y tiene que culpar, y que para que la tristeza se vaya tiene que pasar de ser víctima a esa clase de gente que en su locura prefiere juzgar y vestir de pudrición a todo lo que no es como sí mismo. Tal como quien días atrás la llevara a replantearse si sería venganza útil y suficiente desaparecer y quedar en un sólo recuerdo. Debería ser algo como lo que está escribiendo.
Y se enoja con quienes cada tanto preguntan "¿cómo estas?" por no dejarle siquiera un espacio para estar bien o mal sin ellos.
Se muere de rabia por quienes van un poco mas allá y preguntan "¿qué te pasa?" cuando en la puta vida pueden imaginarse que fuera de sus familias perfectas, sus amigos perfectos, sus relaciones perfectas, su cómoda situación económica, sus vacaciones planificadas en detalle con 6 meses de anticipación, su carrera encaminada y tener la comida lista sin importarle qué es, puede haber algo que motive a que esta enferma mental esté como esté. No quiero ser tan dura, quizás hay problemas que uno no puede ver, se dice que este tipo de gente de vez en cuando sufre calor, 1 vez por año gripe y hasta se muere por tener una cama elástica en la casa pero todos le dicen que "no da".
Quizás los de arriba no tengan tantas razones para cargar con su asco, como si lo tiene todavía otro tipo de gente, que la conoce, que la busca constantemente, que comparte momentos con ella hace tanto tiempo y sin embargo la entiende como un ser feliz y divertido, y no puede haber otra forma de contacto mas que reírse con ella, seguramente es un chiste, seguramente no le pasa nada, y si le pasa es porque mira muchos noticieros.
Se enoja sobre todo consigo misma, se enoja porque lo que quiere no llega y no lo puede ver llegar ni aunque se calce los anteojos, no puede dibujar un mapa, no puede salir del pozo en el que está metida hace años, aunque la gente la vea siempre tan graciosamente metida con una causa que pareciera destacarla por encima de la gente detestable que describí atrás, que no entienden los esfuerzos desesperados de ocupar el tiempo y la cabeza así sea en pavadas, claro, eso la transforma en rebelde y decidida. Lejos de.
Se enoja porque por si fuera poco lidiar con sentimientos que no son los que la gente espera, con manifestaciones que no son las que ella quiere dar, vive dando pasos errados en una carrera que no la satisface a largo plazo y que carga con competencias y conflictos morales que rompen amistades a diario, y rompen también el gusto de lo cotidiano y sin embargo nunca jamas van a poder romper estructuras.
Vuelve a su casa, casi todos los días y se encuentra con que no la tiene, que adentro a pesar de no haber estado lo único que hizo fue generar problemas, por desorden, porque sabían que mientras no estuvo en esas cuatro paredes sólo fue cómplice de una sociedad que destruye, que cría monstruos, que ella es uno de ellos... aunque en esa casa sólo haya cuervos y lobos, afuera seguro fue peor, y ella aún así quiso ser cómplice.
El enojo y la ira son un problema cuando no se terminan, y he aquí el último detalle, que no es menor... Como ella no cree en Dios, no entiende que abandonar su cuerpo pueda ser el pase a un mundo mejor. No existe un mundo mejor. Existe esto para ella. Y en 23 años no vio nada mas.


miércoles, 14 de noviembre de 2012

a la gente no le gusta discutir


La gente quiere paz, y quiere que cada uno se procure su propia felicidad.
A la gente no le gusta discutir.

Como a la gente no le gusta discutir, si le enseñaron que los domingos hay que levantarse a las 9 am. vestirse como un pelotudo y escuchar a un tipo en sotana durante una hora, lo seguirá haciendo, quizás con algunas variantes de horarios y lugares, pero si ahí no se discute, entonces seguramente es bueno, y si es bueno no lo discutamos.

A la gente no le gusta discutir entonces cuando encuentra algo que es discutible elige un mal trago y una larga digestión, o hacerse el boludo, no vaya a ser que tenga que discutir consigo mismo, como aquellos que ante el primer indicio de problema elige surfearlo y desligarse diciendo que va a cambiar, que va a estar bien, que dale para adelante, porque la cosa viene asi y eso no se discute, y seguramente es simple, fácil, rápido y reconfortante decir que los problemas no son tales. Para evitar discusiones, obvio.

A mucha gente, como no le gusta discutir se le va haciendo costumbre que después del mal trago vuelve a la madriguera y junta adeptos para después volver, y en vez de discutir, imponer, porque ahora no es uno sino que son muchos y eso hace una verdad indiscutible.

A otros no les cuesta mucho digerir y acumular, y volver con un juicio que no tuvo advertencia, con una sentencia irrevocable y un portazo en la cara de quien todavía se queda con ganas de escuchar.

La gente que no discute se convierte lisa y llanamente en "gente", y se olvida de ser persona. Se mete en el montón creyendo en su verdad y muchas veces contento de que si los demás están al lado en la suya, entonces estamos todos en la misma.

En esta línea, la "gente" va deshumanizando las esferas de relación (ámbitos de discusión) y pasamos a una simulación de paz o a un aislamiento hostil y no queda otra, porque esquivar la contraposición, es olvidarse de la interacción.

A mi me gusta discutir, al menos con gente que habla un mismo idioma, o que habla en una misma mesa. Sin embargo últimamente me encuentro con que esos requisitos también son difíciles de cumplir. En consecuencia me discuto a mi misma si discutir es viable o si realmente me frustré con discusiones y no con simulaciones de ellas, verdaderas luchas por exposición e imposición.

A la gente no le gusta discutir, entonces mientras lean esto van a pensar que estoy loca, y yo no se lo voy a negar, porque la verdad que ante los juicios rápidos y lapidarios tampoco se puede discutir, y así si un día te levantaste porque no podes dormir una vida, y cuando lo hiciste te das cuenta que no estás para vivir ninguna, no intentes discutirlo con ninguno de los que describí antes. La cosa no va a mejorar si antes no lo discutís con vos mismo.