jueves, 21 de julio de 2011

EL CORNUDO

Cuantas veces vemos en ciertos rostros, un cuerno dibujado cual sello de agua.
Yo he visto muchos, y hasta diría que últimamente estoy harta de ver cornudos por la calle, en toda actividad y lo peor, algunos muy cercanos. En ocasiones hasta en el espejo.
El cornudo es objeto de burla, hasta a veces cuando nos enojamos con alguien decimos con bronca “cornudo”, y además de intentar ser un insulto (otra cosa que me cuesta mucho entender, uno se enoja y regala un calificativo que a uno mismo le da lastima, una reacción humana bastante pelotuda… es un circulo vicioso), es un hecho bastante importante en toda discusión “te voy a recordar que sos un cornudo, te voy a poner un espejo enfrente para que recuerdes lo cornudo que sos”. Pero para mí que es un grave error, es gastar esfuerzo y enojos varios. El cornudo si tiene algo que no se puede sacar es el orgullo de ser cornudo.
El orgullo de ser cornudo es ese extraño razonamiento que guía los actos del cornudo para volver a ser cornudo en cada momento que pueda. Porque eso también es esencial en el cornudo; la reincidencia. Y es eso lo que lo hace cornudo. Que para mi es bastante amplio.
El cornudo es aquél que teniendo un lugar de privilegio en una relación, con un compromiso que no pasa por ser tácito sino mas bien que tiene reglas del juego que la sociedad entera se encarga de controlar, ha sido desplazado de ese sitio momentáneamente y después quizás ha sido restituido en sus laureles, pero le van pinchando la cabeza, el que lo desplazó siempre es un pícaro que le deja un chistecito como ese. Pero para mí el cornudo para ser tal primero tiene que estar consciente de serlo, y ahí empieza la explicación de su condición, lo que para mí transforma al pobre cornudo en un ser altamente molesto y despreciable, el cornudo se sabe cornudo pero en lugar de valorar su posición en la relación “perdona”, porque es mas fácil seguir el chistecito y que la gente vea lo cornudo que sos, antes de salirte de una posición tan cómoda como es la que el rótulo de la relación te da. El cornudo ama la practicidad de ser un sorete. El cornudo una vez cornudo, se olvidó que antes era alguien.
Con esto no quiero hacer una defensa de la monogamia ni de tradiciones sin sentido, mucho menos alentar a darle importancia a la imagen de uno frente a la sociedad, al juicio del entorno ni a pelotudez similar alguna. En realidad para mí el cornudo es mucho más amplio que aquél pobre infeliz inmerso en una relación amorosa de más de dos sujetos, hay otros cornudos a los que cargo aun con más repulsión.
Tengo amigos que mas que cornudos son toros blindados (dícese del que se sabe cornudo pero no le entran balas). Esos son reincidentes en muchos cuernos. En malas elecciones frente a ciertos aspectos de la vida (yo lo fui al empecinarme con ciertas materias y ciertos profesores, y lo soy al usar la técnica inversa de dar el menor esfuerzo, todavía no tengo forma de dejar de ser tan guampa seca y empezar a hacer algo que me salga bien), pero los que mayor riesgo tienen de ser enviados por mi a la materia fecal, son aquellos que se esmeran en rodearse de gente de porquería; y estos son “amigos”, “compañeros de estudio” “compañeros de trabajo”, siempre hay alguien con ganas de joder a la gente, de sacar el provecho que puede y esperar al segundo inmediato al que éstos estimados míos se dan la vuelta para clavarles un puñal.
De ahí en más, todos los cornudos tienen más o menos el mismo comportamiento.
Nunca les pasó que un/a amigo/a fue conocido por cornudo y no quiso creerlo, aun cuando los testimonios eran de buenas fuentes? Y cuando después se dan contra la pared (ya no pueden seguir haciéndose los boludos) tienen la osadía de decirnos “cómo no me di cuenta?!” (Una puñalada en las tripas para quien viene desde hace tiempo tratando de encausar su accionar para que deje de ser tan… bueno la palabra ya me aburrió, eso.). TODOS LOS CORNUDOS SON IGUALES.
Creo que esta catarsis puede durar una eternidad. Un día de estos esos sujetos serán catapultados desde mi entorno hacia el espacio exterior. Hasta ese entonces queridos cornudos, sepan que me están hartando.
Un día después del “día del amigo” empiezo a dudar si quiero seguir en esa función bajo estas condiciones…