No le cuesta despertarse porque ya se memorizó los pasos tras tantos días desesperados, buscando un hilo del cual tomarse para al menos dormir en paz.
No cambió nada, pero puso una reja a la resignación y mientras lee lo de ayer mira las fotos de hoy, escucha los cantos y ve las sonrisas aunque no las logra digerir, asperger de su grupo de humillados y ofendidos que nadie quiere escuchar.
De tanto amar su lugar y sus ideas se olvidó que en la vida hay que amar a alguien mas, y que nunca se camina de a uno, pero cuando supo hacerlo, según recuerda, dolía igual.
Mira con sorpresa el pasaporte, ese que nunca quiso ser mas que una sombrilla anclada en un mar distinto, hoy arrastra sus sueños en una botella, pidiendo abrigo y comida, y un lugar donde encaminar este eterno impass.
Y mientras el tiempo se le burla, cómplice de una agenda repleta de banales compromisos, piensa en bailar buscando su propio swing en otro ritmo. Tendrá que encerrarse a crear un nuevo mundo, uno que sepa conquistar.
Quiero que nazca de vos, quiero verte golpear la puerta otra vez, quiero que te destrocen y que tomes nota. Quiero que sufras y te arrepientas, y corras a buscar consuelo (y que todavía te dejen llegar), y te cueste levantar la vista, porque sabes que siempre estuvo acá con los planos para enseñarte a volar, y si bien hoy no le da el aire, porque tus naves espaciales llenaron el cielo de luces y porque el mismo quiso dejarlos pasar, no perdono a ninguno de los dos, pero se de que lado voy a estar, cosiendo el vestido de fiesta de esa vieja terca que cuando las papas queman no quiere levantarse de la silla, yo misma los voy a encontrar, y vamos a soplar 28 velas mas .
No me suena alocado, te vi caer y levantarte tantas veces! Quiero que tus hijos puedan contar la historia, quiero que además la sepan crear.
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